Sesgo de género en el deporte: cómo impacta la Salud Mental de las mujeres
Sesgo de género en el deporte: Cómo afecta la salud mental de las mujeres
“Corres como niña.”
“Ese uniforme es muy masculino.”
“Ojalá fueras tan disciplinada como tu hermano.”
Estas frases, a veces disfrazadas de bromas, resuenan en entrenamientos, vestidores y gradas. Aunque el deporte parece un terreno ganado para las mujeres, la realidad es más compleja. Desde la psicología deportiva, es crucial abordar cómo el sesgo de género impacta la salud mental, la motivación y la permanencia de las mujeres en el deporte.
Un muro invisible: La herencia del deporte masculino
El deporte, históricamente, fue diseñado por y para hombres. Las mujeres no solo eran excluidas, sino que se las consideraba “biológicamente incapaces”. Aunque hoy compiten, ganan medallas y rompen récords, el sistema aún lleva esa carga histórica:
En los Juegos Olímpicos de París 1900, solo 22 mujeres participaron frente a 975 hombres.
Hasta 1984, las mujeres no pudieron correr maratones olímpicos por mitos como que “dañaba su útero”.
Actualmente, solo el 4% de la cobertura deportiva mundial se dedica a mujeres.
Este sesgo no solo limita visibilidad y recursos, sino que afecta la autoimagen, la confianza y la salud emocional de las deportistas.
¿Hay diferencias psicológicas por género?
No hay diferencias biológicas en la psicología deportiva, pero sí culturales. Las niñas y mujeres deportistas enfrentan presiones únicas:
Mayor escrutinio sobre su cuerpo, estilo de competir o liderazgo.
Juicios constantes que las obligan a demostrar que “sí merecen” estar en el campo.
Ansiedad de rendimiento: Estudios muestran que las deportistas reportan mayor miedo a equivocarse.
Síndrome de la impostora: Incluso en alto rendimiento, dudan de su valía.
Presión estética: Preocupación por el juicio social sobre su apariencia.
Menor acceso a entrenamiento mental o apoyo psicológico desde edades tempranas.
La psicología deportiva debe abordar estas barreras no solo para mejorar el rendimiento, sino para proteger el bienestar emocional.
El abandono silencioso: Por qué las mujeres dejan el deporte
Un dato alarmante: según Women in Sport (2022), el 43% de las adolescentes abandona el deporte al llegar a la pubertad. Las razones van más allá del cansancio o los estudios:
Falta de referentes femeninos que inspiren.
Inseguridad corporal o vergüenza por su imagen.
Estigma del ciclo menstrual, invisibilizado en los entrenamientos.
Ambientes machistas o hipersexualización.
Sensación de no pertenecer o de no ser tomadas en serio.
En contraste, muchos varones continúan en el deporte, incluso sin motivación, porque se asume que es “su lugar natural”.
Dato clave: El abandono no es solo una pérdida personal; es un reflejo de un sistema que no apoya equitativamente a las mujeres.
¿Qué puede hacer la psicología deportiva?
La intervención con perspectiva de género es urgente para transformar el deporte en un espacio inclusivo. Aquí van algunas estrategias prácticas:
Normalizar conversaciones sobre el cuerpo: Hablar abiertamente de menstruación, emociones y cambios físicos sin tabúes.
Crear espacios seguros: Lugares donde las deportistas puedan expresarse sin miedo al juicio.
Fortalecer el diálogo interno: Ayudar a desactivar creencias limitantes como “no soy lo bastante fuerte” o “me van a criticar”.
Capacitar a entrenadores/as: Reconocer sesgos, evitar comparaciones y fomentar una cultura de equidad.
Validar el liderazgo femenino: Celebrar estilos de liderazgo basados en empatía, estrategia y trabajo colectivo, no solo en agresividad o autoridad.
Conclusión: Hacia un deporte sin barreras de género
Decir que “el talento no tiene género” no basta si las oportunidades sí lo tienen. El deporte, tal como está diseñado, sigue desmotivando o expulsando a muchas mujeres desde edades tempranas. Desde la psicología deportiva, tenemos la oportunidad de cambiar esto: acompañar, transformar narrativas y crear espacios donde todas las personas puedan brillar con confianza y plenitud.
El problema no es que las mujeres no quieran competir, sino que el deporte no siempre fue diseñado pensando en ellas. El cambio empieza en los entrenamientos, en las palabras que elegimos y en las oportunidades que ofrecemos. Hagamos del deporte un escenario donde todas las voces compitan en igualdad.
Perfomind
Brain in motion